sociedad: fusilamientos
Efraín Aguilar Fuentes era registrador de la Propiedad Inmueble, y como dirigente del Partido Liberal Progresista había apoyado al general Jorge Ubico para que llegara a la Presidencia en 1931. Tiempo después, cuando supo que el mandatario buscaba reformar la Constitución para extender su mandato, se opuso a ello, al igual que otras figuras del partido, que decidieron formar la agrupación Acción Nacional, para defender la alternabilidad en el poder.
Cuando Ubico le reclamó su inconformidad, Aguilar Fuentes le refutó que tenía conocimiento que el jefe de la Policía, coronel Roderico Anzueto Valencia, se estaba apropiando de fincas e inmuebles en la ciudad de Guatemala. Según el libro Ombres contra Hombres, lo que no sabía Aguilar es que el coronel Anzueto era testaferro del gobernante.
Eso llevó a que Aguilar Fuentes y otras 11 personas fueran vinculadas a un supuesto intento de golpe de Estado y de planificar un atentado contra Ubico, pero según señala la Historia General de Guatemala, se trató de “un invento del propio gobierno para allanar los últimos obstáculos a la reforma constitucional que preparaba Ubico, así como a sus pretensiones de reelección y aumento de sus poderes”. Bajo tortura, algunos de los presuntos implicados confesaron.

El 2 de mayo de 1931 fueron fusilados Eduardo Felice Luna, Cayetano Asturias y Juan Emilio Blanco, declarados culpables del asesinado de Mercedes Estrada Blanco y sus dos empleadas. Su juicio estuvo plagado de dudas, pues los tribunales estaban militarizados. Los señalados fueron torturados y obligados a “reconstruir” los hechos. Frente al pelotón, clamaron inocencia. En octubre de 1940, el Dr. Julio Carrillo Marín y el sargento Carlos Santa Cruz fueron fusilados por un intento de magnicidio contra Ubico.
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